La verdad, ¿qué es la verdad?

La verdad, ¿qué es la verdad?


La verdad, ¿qué es la verdad? La verdad es lo que es. Un carro no es rojo, quizás tiene la carrocería pintada de rojo, o quizás en este instante percibimos la pintura adherida a la superficie exterior de la carrocería de color rojo. Son tantas las cosas que consideramos verdaderas y que no lo son. Esto lo podemos extender a tantos ámbitos como queramos. Así, una persona no es buena, una persona no es mala, es, y eso es suficiente. La verdad es lo que es.

Pero entonces ¿esto quiere decir que no hay una verdad absoluta? NO, porque si la verdad es lo que es, no podríamos decir que la verdad absoluta «es lo que es absolutamente». Algo es o no es, o lo es sólo en mayor o menor grado. La palabra «absoluto» es sólo un adorno que en nuestro lenguaje utilizamos para darle más vehemencia a una asersión, sin embargo, llegados al punto de la verdad como tal, deviene fútil.

¿La verdad es cambiante? SI y NO, «lo que es» es cambiante, y eso no cambia. ¿Los árboles son verdes? Sí y no, cuando se secan y mueren cambian de color (aunque decir que son verdes es sólo una generalización). Si se mira desde una perspectiva temporal sí es cambiante, si se mira desde una perspectiva inmutalbe, eterna, entonces la verdad es eterna e inmutable. La verdad es lo que es, y lo que es, es mutable. Por tanto, la verdad es mutable, y ese hecho es inmutable, por tanto, la verdad es inmutable.

La mutabilidad de «lo que es» es inmutable. La transitoriedad de «lo que es» es eterna. Dicho de otra forma, todo fluye, todo cambia, y fluye y cambia de forma constante, eterna. Todo fluye y refluye, todo vibra y luego no vibra, y luego vuelve a vibrar. Todo, absolutamente todo, es sólo una vibración que pasa. Ahora mismo vibras… y cuando la vibración pase, el movimiento habrá cesado y todas las formas, todos los átomos, todos los niveles de realidad habrán vuelto a su origen, a su nada, o a su Nada-Todo, a su reposo absoluto, en espera de un momento en que una nueva vibración de la Nada en la Nada las haga danzar. ¡Es tan hermoso cuando vibras! ¡Y también cuando no vibras, cuando sólo reposas!

¿La verdad es buena? NO, la verdad no es buena, pero tampoco es mala. La verdad sólo es lo que es, y eso es suficiente. Los extremos «bueno» y «malo» no son el equilibrio, y son sólo la mitad de la realidad. Eso sin contar que no hay bien absoluto ni mal absoluto, y que entre ambos dejan aprendizaje, y todo aprendizaje tiene un costo. ¿Un río es bueno? ¿El fuego es bueno? El río sólo es lo que es, y el fuego sólo es lo que es, y la forma en que los percibamos en un momento determinado sólo es circunstancial. Para los peces el fuego no es bueno, para el que se está ahogando el agua no es buena. Una piedra no es buena ni mala, sólo es. Si la utilizamos para construir un edificio, entonces la percibimos como buena. Si alguien la usa para matar a alguien, la percibimos como mala.

La verdad es lo que es, pero ello sólo es un postulado acerca de «lo que es» la verdad, y no la verdad en sí misma, y ese postulado podrá corresponderse o no, ya en mayor o menor grado con «lo que es». Es decir, cuando afirmo que la verdad es lo que es, NO estoy diciendo la verdad, sino expresando un postulado acerca de la verdad que puede corresponderse o no, ya en mayor o menor grado con ella, con lo que es. En el mejor de los casos uno sólo expresa postulados verdaderos, o que lo son ya en mayor o menor grado. ¿Recuerdas que un carro no es rojo? Una manzana tampoco es verde o roja. Pero claro, es una forma de entendernos, no podríamos en la vida cotidiana llevar todo a estos extremos.

La verdad última es incognoscible e inexpresable. Es incognoscible porque la verdad es el fenómeno de la Nada-Todo. La Nada-Todo no puede conocerse a sí misma, sólo ES, sólo es lo que es. Dado que en la Nada sólo hay eso, Nada, entonces no hay «algo» que pueda ejercer un proceso cognitivo. Hipotéticamente uno sólo podría conocer la Nada cuando se convierta en Nada, pero en tanto que sería Nada, no podría conocer ni comprender. Mientras uno tenga una individualidad no puede experimentar la totalidad. Mientras una gota de agua mantenga su individualidad no puede conocer, experimentar el océano, pero a medida que se acerca a este (quizas hay media gota en el mar y media afuera) puede comprenderle, pero cuando finalmente pierde su indivualidad, entonces ya deja de ser gomo gota y como individualidad y sólo es lo que es. Por esta razón, la verdad última es incognoscible (por mucho, podremos comprenderla e intuirla de lejos, y entre mayor sea la comprensión, intuición y experimentación de ella, más disueltos estaremos. Y cuando estemos disueltos por completos, convertidos en Nada, entonces seremos lo que es (pero para ese entonces ya no hay lugar a comprensión, ni intuición, ni experimentación, porque la Nada es sólo eso, Nada. O mejor Nada-Todo). Pero la verdad también es inexpresable porque cuando se expresa, no es la verdad como tal, sino un postulado acerca de la verdad, mismo que puede ser verdadero o no, ya en mayor o menor grado.

Ahora bien, y esta vez ya en términos menos filosóficos, podemos afirmar que las personas desean conocer la verdad pero ¿cuál verdad? ¿La verdad sobre qué? Hay tantas dependiendo de lo que se busque. Si es la que los «buscadores de la verdad», «los sedientos de la verdad» buscan, la verdad última, la que compete a todos los niveles de realidad, ya nos hemos referido a ella. Pero ¿cómo llegar a hacerla nuestra? Porque uno puede llegar a «conocerla» intelectivamente, pero entonces uno se convierte en un loro que repite algo sólo porque alguien más lo dijo. Se necesitará meditación y comprensión. Sólo medita en las grandes cuestiones que deseas saber, y a medida del tiempo llegarás a tus propias comprensiones. Quizás al comienzo sólo recorramos un tramo, o erremos el tramo, pero también luego podremos reconocerlo… hace parte del proceso.

Hay una lógica intuitiva, y hay una lógica razonativa. La lógica razonativa está orientada a las cosas que pueden percibir nuestros sentidos, que podemos someter a ensayo y prueba en laboratorio o mediante la experimentación y la observación. La lógica intuitiva se percibe de forma diferente, si se quiere, con el corazón, con la intuición; sin embargo, NO se contradice con la lógica razonativa. Por tanto, si mediante la razón llegamos a la conclusión que algún postulado de la lógica intuitiva es «ilógico», «imposible», entonces realmente es ilógico e imposible.

No busques la verdad afuera, porque las verdades del exterior son sólo intelectivas, las aprendes como una teoría, pero no las has descubierto en tí, no se han hecho carne y sangre en ti y, por tanto, no tienen cimiento y eventualmente cualquier viento viene y las derriba. La verdad que no encuentres en ti no la hallarás en ninguna otra parte, tú eres el todo, y todo está interconectado, no «eres» en forma aislada, eres la Nada-Todo, eres lo que eres y por tanto, eres la verdad, la eterna vibración y la eterna quietud en una continua danza.

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